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El IMPI rechaza solicitud de Lenia Batres para registrar la marca “Ministra del pueblo”

by Percival

¿Ministra del Pueblo o Marca Registrada?

Un análisis desde la virtud sobre la petición de Lenia Batres

En días recientes, la ministra Lenia Batres Guadarrama solicitó al IMPI el registro de la marca “Ministra del Pueblo”. El intento fue rechazado. La razón: no se puede registrar como marca un cargo público.

Pero más allá del aspecto legal —que ya fue aclarado por los propios expertos en propiedad industrial— lo que verdaderamente nos interpela es la motivación moral detrás de este acto.

La virtud no se registra: se practica

Desde Virtud al Frente, creemos que la justicia no puede convertirse en marca personal. Una ministra de la Suprema Corte representa la imparcialidad, la razón, la ley por encima del poder. No al poder mismo.

Y sin embargo, ¿qué revela el deseo de apropiarse de una etiqueta como “del pueblo”?


¿A quién considera Lenia Batres “el pueblo”?

Esta es la pregunta que debería guiar toda reflexión.

¿Es el pueblo solo los simpatizantes del régimen actual?
¿Son el pueblo los que la aplauden en redes sociales?
¿Son los pobres? ¿Los olvidados? ¿Los empresarios? ¿Los jueces que ella critica? ¿Los migrantes? ¿Los médicos, las madres solteras, los campesinos?

Llamarse a sí misma Ministra del Pueblo presupone representar al todo.
Pero la humildad verdadera —esa que da fruto en el alma— sabe reconocer que no todos te aman, ni todos te creen, ni todos te siguen. Y está bien. Porque la justicia no necesita amor, sino verdad.


Una jueza que no anticipa el error legal

Lo más sorprendente de este episodio no es solo la pretensión, sino la falta de previsión jurídica.
Batres es ministra. ¿No sabía que un cargo público no puede registrarse como marca? ¿No consideró que el intento sería rechazado por el propio marco legal que ella debe proteger?

Más aún: ¿por qué deben ser otros legalistas quienes le muestren el camino? ¿No debería una ministra de la SCJN ser ejemplo de sobriedad legal, humildad institucional y prudencia cívica?


La búsqueda de imagen por encima del deber

Queda claro que esta acción forma parte de una estrategia de posicionamiento simbólico.
Construir una imagen de accesibilidad, sencillez, cercanía. Un personaje. Una marca emocional.

Pero lo preocupante no es solo la estrategia. Es el mensaje que deja:

“Yo soy el pueblo. Yo hablo por ustedes. Yo soy la justicia popular.”

Esto no es humildad. Es vanagloria encubierta de servicio.


🧭 Conclusión: el peligro de institucionalizar el ego

Una Corte que permite que sus integrantes se conviertan en marcas no es una Corte sólida.
Una jueza que confunde representación con protagonismo no es guía, sino distracción.
Y un país que acepta que el símbolo de la justicia se vuelva herramienta política, pierde de vista lo que la justicia realmente significa.

Por eso, desde Virtud al Frente preguntamos con claridad:

¿Queremos ministros con marketing o con alma de juez?

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