Política de cuates

by Percival

La columna “Política de cuates”, escrita en 2018, ya advertía lo que hoy es práctica común: la captura del Estado por redes de amiguismo, favores personales y lealtades políticas disfrazadas de nombramientos legítimos. En lugar de meritocracia, se impone el “te debo el cargo”, “me ayudaste en campaña”, “somos del mismo grupo”.

Lo que debía ser una República se convierte, entonces, en una oligarquía partidista.


Análisis desde la verdad objetiva

1. La justicia como botín político

Cuando los cargos públicos se reparten entre “cuates”, el Estado deja de representar al pueblo y pasa a representar los intereses de una casta de poder. Esto corrompe tres cosas fundamentales:

  • El mérito: los más capacitados son desplazados por los más leales.
  • La independencia: nadie puede juzgar con imparcialidad a quien le dio el puesto.
  • La justicia: se convierte en privilegio para unos y condena para otros.

El problema no es que los amigos se apoyen, sino que el poder se use como herencia, recompensa o moneda de cambio.


✝️ 2. Desde la ética cristiana: el poder como servicio, no como red de favores

Cristo dijo: “El que quiera ser el mayor entre ustedes, sea su servidor” (Mateo 20:26). La visión cristiana del poder es clara: autoridad es responsabilidad, no privilegio. Es peso, no premio.

La “política de cuates” es la antítesis de esto: convierte el poder en una red de conveniencias y lealtades humanas, en lugar de una misión divina al servicio del bien común.

Cuando el poder se otorga por amistad y no por virtud, lo que se construye no es justicia, sino corrupción institucionalizada.


🏛️ 3. El Estado como empresa familiar disfrazada de democracia

Este fenómeno no es exclusivo de un partido. Pero en los últimos años, bajo el discurso de “transformación”, Morena ha perfeccionado esta lógica clientelar, donde se premia a los cercanos y se excluye a los virtuosos.

La justicia, el congreso, los institutos electorales, incluso las universidades públicas, están siendo tomadas por cuotas y cuates. Eso no es transformación: es reciclaje de vicios con nuevo nombre.


🛡️ Conclusión

El artículo “Política de cuates” es una advertencia vigente y urgente. Si no rompemos con esta lógica de amiguismo institucional, México no podrá aspirar jamás a una justicia verdadera ni a una democracia funcional.

Lo contrario a una república no es una dictadura, es una mafia de amigos.

Y como cristianos, ciudadanos y defensores de la verdad, tenemos el deber de denunciar esta estructura de pecado social, exigir transparencia, y promover líderes que teman a Dios más que a su jefe político.


¿Te gustaría que este análisis lo transformemos en una cápsula educativa, una publicación en redes, o incluso en una denuncia pública? También puedo ayudarte a armar un dossier temático sobre “la estructura de poder clientelar en la SCJN y el gobierno actual”.

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1 comment

Paula María García Villegas Sánchez Cordero - virtudalfrente.com abril 24, 2025 - 12:47 pm

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