¿Qué pasa si no voto en las elecciones judiciales de México? Reflexión ética y práctica sobre la abstención

En cada proceso electoral surgen dudas sobre la relevancia del voto, pero hoy, más que nunca, muchos mexicanos se preguntan: ¿qué pasa si no voto en las elecciones?
Figuras públicas han llamado abiertamente a no votar este 1 de junio de 2025, cuando por primera vez se elegirán por voto popular a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¿Es esto realmente oponerse al poder o facilitar su hegemonía?

Lo que está en juego si decides no votar

• No votar no deslegitima el proceso ni cancela la elección.
• El peso de tu decisión u omisión puede cambiar el rumbo del país.
• La abstención facilita que solo los más organizados (hoy, la base de Morena y la izquierda progresista) tomen las decisiones más importantes.

Cuando la gente no vota, el poder se concentra en quienes sí lo hacen. Si los críticos y la oposición se abstienen, quienes están alineados al gobierno ganan terreno fácilmente.

Consecuencias directas de la abstención

• Disminuye la pluralidad y la independencia judicial.
• Si la mayoría se abstiene, los ministros elegidos serán en su mayoría afines al gobierno actual.
• Legalmente, las elecciones siguen siendo válidas aunque haya baja participación.

No votar es renunciar a tu voz y dejar que otros decidan por ti.

¿Qué podría pasar en la Suprema Corte?

Actualmente, la Suprema Corte está compuesta por:

• 27% ministros afines a Morena
• 27% ministros de ideología progresista o izquierda
• 46% ministros institucionalistas, de centro o derecha

Si la abstención domina y solo votan los simpatizantes de Morena y la izquierda, la Corte perdería su equilibrio y se convertiría en un órgano sin contrapesos reales.

Protesta real o renuncia al deber

La historia demuestra que la abstención nunca ha provocado cambios a favor de la ciudadanía; al contrario, fortalece a quienes ya tienen el poder.

• El voto nulo tiene más peso simbólico que la abstención, pero participar y elegir con conciencia es aún más efectivo.
• No votar, lejos de protestar, es ceder terreno y abandonar la posibilidad de influir en el rumbo del país.

Reflexión final

No votar no es una verdadera forma de protesta. Es dejar la cancha vacía a quienes sí tienen intereses claros.

La democracia solo funciona con la participación activa de todos.
Si quieres pluralidad, justicia e independencia, tu voto es tu voz y tu deber.
Renunciar a votar es entregar el futuro del país a unos cuantos.

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