Parte 1: ¿Documento de principios o manual de adoctrinamiento?

En noviembre de 2020, el partido Morena publicó un documento titulado “100 postulados de un/una morenista”. A simple vista, podría parecer una guía moral para los militantes del partido. Pero una mirada más profunda revela que estamos ante un texto cuidadosamente diseñado para moldear conciencias, redefinir conceptos fundamentales, y establecer una nueva ética funcional al poder. Desde Virtud al Frente, proponemos diseccionar este texto con claridad, firmeza y fundamento en la verdad cristiana.

¿Qué es este documento?

Se trata de una recopilación de 100 preceptos divididos en secciones: “para la vida”, “para la lucha y el movimiento”, “para la política”, “para el poder”, “para el gobierno” y “para la economía”. Cierra con una “Carta compromiso” que el militante debe firmar, jurando fidelidad a estos principios.

Lejos de ser una simple declaración de valores, el documento propone una moral totalizante: una forma de pensar, de sentir, de vivir, de ejercer el poder y de concebir la economía. ¿La base? No es la ley natural ni la verdad trascendente, sino la “transformación” y el “pueblo organizado”.

Una primera alerta: el lenguaje emocional y simbólico

Desde el inicio, el documento hace uso de términos cargados emocionalmente: “amor al prójimo”, “resistencia”, “humildad”, “justicia social”, “conciencia”, “transformación”, “revolución de las conciencias”. Estas palabras apelan a valores humanos profundos, pero sin una definición clara, se convierten en herramientas ideológicas.

Este tipo de lenguaje busca generar adhesión emocional, no reflexión racional. Forma parte de una estrategia de propaganda: sustituir el razonamiento moral objetivo por un sentido de pertenencia emocional al movimiento.

La figura del pueblo como fuente moral absoluta

Uno de los elementos más preocupantes del texto es la exaltación del “pueblo” como criterio último del bien y del mal. Se afirma que “el pueblo se equivoca menos que los políticos”, que “sólo el pueblo puede salvar a la nación”, y que “lo importante son los encargos, no los cargos”. Este discurso reemplaza toda referencia a la ley natural, la moral objetiva o Dios, por una voluntad colectiva casi sagrada.

Esto es característico de regímenes populistas e ideologías totalitarias: cuando el pueblo es divinizado, la verdad es reemplazada por la mayoría, y la justicia se convierte en instrumento del poder.

Redefinir la moral desde el partido

El documento no solo propone principios éticos, sino que busca reemplazar la moral tradicional por una ética funcional al proyecto de la “Cuarta Transformación”. Valores como la austeridad, la resistencia, la justicia social y la lealtad al movimiento se elevan como virtudes supremas, mientras que se omite toda referencia a la familia como institución natural, a la libertad personal como don divino, o a Dios como fundamento del orden moral.

Conclusión de la Parte 1

No estamos frente a una guía de virtudes personales, sino ante un instrumento de ingeniería ideológica. Es necesario que los cristianos, los ciudadanos libres y los defensores de la verdad natural abramos los ojos ante estos documentos que, bajo el ropaje del humanismo, buscan instaurar una moral estatal subordinada al poder.

En la siguiente entrega, abordaremos la relación de este documento con otras experiencias históricas de adoctrinamiento político, y lo compararemos con ejemplos del socialismo latinoamericano y el comunismo clásico.

La verdad nos hará libres.